sábado, 12 de mayo de 2012

♣ {ONESHOT} Absolut Bellini

: Quiero ChangMinho♥ ;3;!

: Oppa, Oppa - EunHae

: Por fin frente a mi computadora xDD


Titulo: Absolut Bellini
Autor: Tsukiki~(?) :D
Pareja: Nakajima Yuto x Morimoto Ryutaro { MoriJima }
Extensión: Se supone que era un drabble, pero me pase de las 1000 palabas ;A;!, y siento que es muy corto para ser un one-shot en toda regla(?) Así que dejémoslo en algo intermedio(??) xD Advertencias: Ni la propia autora sabe que diantres es esto (?) xDD
Dedicatoria: Para mi linda reina Sarahi~♥♥! *OOO* Solo ella sabe de donde me “inspire” para crear algo tan.. extraño x’DD! cofcofsumadosaalgunosdebrayesdelFBcofcof xDDD! ¡Lo hice mi reina *3*)9! Ahora te toca a ti escribir InooTaro *A*!, presión ewè .. xD!
Aclaraciones: “Absolut Bellini” es un cocktail-bebida-Lo que sea(?) que encontré en una revista xD … y si no mal recuerdo lleva algo de vodka, champagne y néctar de melocotón :3 –Por si alguien se lo preguntaba x’DD–


Bueno~ ¡Espero que les guste :DDD! ♥


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— ¡wa~! ¡¡Yuto~~!! ¡Eres tan alto~! ¿Cómo es que creciste tanto?

Nakajima soltó un largo suspiro ante la escena frente a el, estaba seguro que cualquiera en su lugar habría estallado en sonoras carcajadas ante la imagen del mayor de los Morimoto a mitad de la calle abrazado a aquel poste de luz intentado mantener el equilibrio; ¿Y por que no? Gritando a los cuatro vientos cualquier tontería que cruzara por su cabeza en ese momento.

Pero la escena le había dejado de parecer graciosa después de pasar mas de una hora presenciándola.

Y no fue hasta después de algún tiempo cuando Yuto descubrió que los gritos del pequeño estaban dirigidos a él, el único problema era que… al parecer Ryutaro se empeñaba en creer que aquel poste no era otro ser que su alto amigo, y él, de pie a su lado, había pasado a ser un completo extraño ante los ojos de Morimoto.

¿La razón? Simple, Ryutaro Morimoto estaba total y completamente... Ebrio.

 — Yuto~ ¿Sabías que los lunares en tu cuerpo te hacen ver mas sexy? — Ryutaro se abrazo un poco más a ese poste con una sonrisita tonta adornando sus labios, riendo segundos después de sus propias palabras. — ¡SI! Eso es lo que escuche decir a un par de chicas la otra vez camino a la escuela~ Aunque yo creo que tienen razón~

 — Ryu-chan, vamos a mi casa, ¿si? Ya es tarde y ambos necesitamos dormir. — Nakajima pronuncio sus palabras tranquilamente, intentando así convencer al chico de hacerle caso, tratando de ignorar el hecho de que el alcohol parecía borrar todo rastro de el Ryutaro de siempre, dejándole un chico torpe, risueño y sumamente atrevido frente a el.

Oh, si. Bastante atrevido, si de algo estaba seguro es que el pequeño moriría de vergüenza si era capaz de recordar siquiera algunas de las frases sugerentes que le había dicho esa noche.

— ¡No quiero! — Morimoto se aferro aun mas a su querido poste, inflando sus mejillas en un claro puchero disgustado. — Quiero seguir jugando contigo,… ¿Ya te dije que eres guapo? ¡Por que lo eres mucho!

Un nuevo suspiro agotado se escapo del más alto, era obvio que si seguían de esa forma jamás lograrían irse de aquel lugar, y ciertamente era un milagro que Ryutaro pudiera siquiera recordar su nombre con todo el alcohol que debía estar circulado por sus venas. Tras meditar la situación algunos segundos mas, una leve sonrisa se dibujo en los labios de Yuto, ya había lidiado con varios de sus amigos en condiciones iguales o peores a las del pequeño, así que sabia perfectamente que hacer.

Y en esos momentos agradecía perder un par de horas a la semana en aquel modesto gimnasio.

— ¡¿Qué haces?! ¡Suéltame! ¡¡Ayuda~!! — Morimoto grito lo mas fuerte que sus pulmones se lo permitieron en cuanto sintió que alguien jalaba de su cuerpo, atrayendo las miradas curiosas de las pocas personas que transitaban las calles a aquellas altas horas de la madrugada.

 Sin decir una palabra, Yuto tiró de su pequeño amigo con algo más de fuerza, enredando sus brazos en la cintura de este y separándolo por fin de ese poste en cuanto Ryutaro aflojo su abrazo de aquel objeto en un claro descuido ocasionado por su ebriedad.

Una sonrisa triunfante se dibujo en los labios de Nakajima ante su logro, y luchando aun con el torpe forcejeo que protagonizaba el pequeño para zafarse de sus brazos, cargo de él como si de un simple costal de papas se tratara, caminando por fin lejos de aquel molesto lugar.

 — ¡Bájame ahora!, ¡No quiero irme!, Quiero seguir jugando con Yuto y... y… ¡Quiero saber como diantres sus sonrisas pueden ser tan sensuales!

Claro que… el hecho de marcharse lejos no parecía ser impedimento para que el pequeño siguiera gritando aquella sarta de perversiones que el alto pensó estaban lejos del vocabulario de Ryutaro. Cosa que obviamente era mentira. Y para colmo seguía confundiéndolo con ese odioso poste eléctrico.

 — Si, si, solo estate quieto. — Nakajima dijo en voz baja intentando ignorar aquellos comentarios, pero el leve sonrojo en sus mejillas creció un poco más ante las palabras del pequeño.

Yuto siguió caminando, cargando con un extrañamente tranquilo Ryutaro en su hombro, que al parecer había encontrado divertido el golpear su espalda mientras cantaba típicas canciones infantiles sin la más mínima intención de afinar un poco de su voz. Y después de algún tiempo así, y que el pequeño siguiera confundiendo a algunos de sus amigos con objetos inanimados –como había hecho ya con el–, un largo lapso de silencio llego.

 — ¿Qué ocurre? — El chico alto se detuvo un momento, intentando comprobar si el pequeño había caído dormido al fin, pero el ligero apretón que recibió en su camiseta, le hizo darse cuenta que no era así.

— Yuto es un tonto. — La voz con aquel ligero tono deprimido que Ryutaro utilizo para decir aquello llamo su atención. Y tras meditar sus opciones un momento decidió bajar por fin al pequeño, solo esperaba que ya hubiera recuperado algo del equilibrio que hace momentos no tenía.

 En cuanto sus pies tocaron tierra, Ryutaro froto sus ojos con ambas manos en un claro gesto aniñado, tratando de alejar así el cansancio que se empeñaba en obligarlo a cerrar sus parpados, y tras tambalearse un poco sin llegar a caer, tomo algo de aire para intentar sonreírle a la persona con rostro borroso frente a el.

— Tonto. — Repitió con aquel tono triste — Lo odio.

 Silencio. Yuto lo miro sin saber muy bien que era lo que debía hacer, ¿A que venia eso ahora? Si hace tan solo algunos minutos que no se cansaba de gritar –Según las propias palabras de Ryutaro– lo guapo y sexy que era. Pero antes de que el pudiera objetar algo, las risas aparentemente divertidas de Morimoto lo obligaron a mirarlo aun mas confundido.

— Mentira~ — Ryutaro siguió riendo algunos segundos mas, definitivamente el hecho de que pudiera cambiar de animo tan rápido debía ser a causa del alcohol. — ¿Sabes? El me gusta, me gusta mucho. — Las mejillas ya sonrojadas a causa de beber tanto se impregnaron aun mas de aquel tono carmín, y Yuto agradeció por un momento el hecho de que el pequeño ahora dirigiera su mirada a algún punto en el suelo. — ¿Debería decírselo? Quiero decir… Estaba apunto de hacerlo, ¡Incluso lo invite a salir!, Pero estaba tan nervioso y Takaki dijo que un poco de alcohol le da valor a cualquiera, pero no fue así, y ahora creo que… me siento algo mal.

 ‘Feliz’ era una pobre definición para todo lo que Yuto sentía al escuchar aquello, por que ni las torpes películas americanas sobre amor que veían las adolecentes podrían igualar jamás aquel momento tan perfecto, a ese Ryutaro ebrio con esos repentinos cambios de humor que de alguna forma eran adorables, y a esa confesión de no más de un par de minutos que le había dicho sin saberlo.

 Por que ahora era capaz de comprender el por que el pequeño había ordenado aquella bebida alcohólica de nombre tan extraño hasta quedar totalmente perdido, y el hecho de haber sido confundido con aquel poste de luz y que Ryutaro siguiera sin reconocerlo ya no le parecía tan malo.

 — Estoy seguro que él estará feliz de oírlo. — Yuto se acerco al pequeño, revolviéndole el cabello con una gran sonrisa en su rostro, sintiéndose extraño al tener que hablar de el en 3ra persona — Pero para estar seguros de que nunca lo olvide, deberías recordárselo con algo como esto todos los días.

Tomo el rostro de Morimoto entre sus manos, siendo invadido inmediatamente por ese ligero olor a vodka que desprendía el aliento de Ryutaro, y que de pronto le estaba pareciendo tan agradable. Queriendo gritar de alegría por todo lo que sucedía y al mismo tiempo reír por haber sido derrotado, por que ese pequeño le había ganado dando el primer paso y declarándole en pocas palabras que lo quería, justo como llevaba tiempo queriendo hacer él, y ahora solo quedaba igualar el marcador.

 Fue el sabor del melocotón combinado con aquel licor lo que sus labios saborearon en cuanto beso al chico frente a el. Suave, tierno y sin prisas; no estaba seguro de si Ryutaro sería capaz de recordar aquel primer beso entre ellos, pero de alguna forma sentía que debía hacerlo especial.

 Y lo que paso después fue tan rápido, Ryutaro respondiendo a aquel beso por no mas de un par de segundos antes de apartarlo bruscamente y retroceder algunos pasos, mirándolo como si algo dentro de el doliera, tornándose pálido de repente, llevando ambas manos a su boca, girando su cuerpo dándole la espalda y después… Yuto solo pudo escuchar como es que el pequeño se deshacía de lo que seguramente había sido su desayuno esa mañana, y casi podía asegurar que la cena del día anterior también había quedado fuera.

Nakajima se acercó a el en cuanto aquellos sonidos algo desagradables dejaron de escucharse, acariciando suavemente la espalda del pequeño para ayudarlo a recuperarse y pasándole un trozo de papel que llevaba siempre en el bolsillo de su pantalón. — El también te quiere Ryu-chan — Confeso con una sonrisa mientras ayudaba al chico a enderezarse, depositando un ligero beso en la frente de Morimoto, y rodeando su cuello con uno de los brazos de Ryutaro para ayudarlo a caminar.

 Riendo internamente al pensar en la fuerte resaca que el pequeño tendría a la mañana siguiente, casi pudiendo escuchar el seguro berrinche que montaría culpándolo de haberlo dejado hacer todas aquellas cosas vergonzosas, aunque ahora siempre quedaba la posibilidad de hacerlo callar con un beso.

Y una sonrisa torpe se dibujo en los labios de Yuto sin que el pudiera evitarlo, definitivamente debía de admitir que su madre tenía razón, el amor volvía tontas a las personas.

Pero siempre que Ryutaro fuera en único en presenciar esa cursi faceta suya, él estaba bien con eso.